Tag

Comunicación interna

Browsing

Cualquier profesional, ya sea el empresario o el trabajador, debe desempeñar una serie de habilidades interpersonales, entre ellas, la capacidad de comunicarse y evitar ciertos comportamientos que inducen a la comunicación tóxica.

Si bien se puede extender a todos los ámbitos de las relaciones interpersonales, me voy a centrar en las relaciones laborales.

Pablo Nachtigall, especialista en inteligencia emocional, explica que en el ambiente corporativo, podemos pasar por situaciones en las que comunicar sea esencial.

Por ejemplo:
– El profesional que pasa a ejercer el liderazgo de un grupo de personas y necesita comunicar los objetivos a ser alcanzados.
– La necesidad de comunicar a su jefe o colega de trabajo y que piensa y siente en relación a una determinada situación en el trabajo.
– Un profesional autónomo que precisa “vender” su negocio y servicios que ofrece a posibles clientes, incluso sus honorarios.
– El profesional que forma parte de un equipo de trabajo y necesita comunicar sus ideas de manera clara e agradable para que sea escuchado.

La realidad muestra que la mayoría de las personas tienen dificultades para comunicarse de forma eficaz y cometen errores, ya sea a la hora de expresarse o cuando necesitan escuchar a sus interlocutores.

Es aquí que verificamos la llamada “comunicación tóxica”, aquella que genera conflictos, tensiones, disputas, discusiones y falta de resultados deseables en el trabajo, explica Nichtigall:

“Cuando en una empresa o en un equipo impera la comunicación tóxica, verificamos una disminución importante en el rendimiento, en la productividad y en la satisfacción de las personas que trabajan en aquel lugar determinado”

La comunicación tóxica en el trabajo sucede principalmente cuando cometemos los siguientes errores:

1.- Compulsión por interrumpir

Cuando tenemos dificultades para escuchar al otro en exposiciones de ideas, opiniones o puntos de vista. Tiene como resultado, la irritación, la rabia de los empleados, colegas o clientes, perjudicando de forma significativa tanto nuestro trabajo como el negocio.

2.- Falta de interés hacia el otro

Muchas relaciones de trabajo eficientes y productivas están basadas en la capacidad de escuchar y demostrar capacidades e interés en el otro. Cuando no expresamos interés en saber lo que piensan nuestros colegas, jefes o empleados, podemos crear una atmósfera de apatía y rechazo a la interacción. La mayoría de las personas, prefieren trabajar con aquellos que se muestran receptivos y con deseos de escuchar y conocer con respeto a los otros.

3.- Disminuir al otro

Minimizar los sentimentos y opiniones de los demás, tendiendo a disminuir la importancia de los sentimentos manifestados por otras personas en el trabajo. De esta forma se crea un ambiente cargado de rabia, resentimento e injusticia. Gestores que menosprecian la opinión de sus empleados están generando potenciales conflictos productivos y legales, además de perjudicar a la empresa.

4.- Síndrome del consejero vitalicio

No hay nada más irritante en una empresa que aquellas personas que se colocan en una postura rígida de consultores sabios y nos dan consejos sin realmente escuchar lo que necesitamos. El resultado es negativo, y estas personas son percibidas como arrogantes, rígidas y poco propensas a descender de su pedestal.

5.- Síndrome del juez intachable

Es aquella persona que tiene por costumbre juzgar a los colegas, empleados o clientes, cada vez que comparten algo íntimo o personal. Los que comenten este error acostumbran a ser evitados, rechazados o despedidos, ya que perjudican ambientes de confianza, cooperación e intercambio.

6.- Evitar conflictos

Cuando tenemos miedo de expresar lo que pensamos, sentimos o queremos alcanzar en el ambiente de trabajo por miedo de desagradar, irritar o ser penalizado por los demás, nos quedamos expuestos a sufrir posibles transtornos psicosomáticos. Por otro lado, estamos evitando a los demás la oportunidad de que se beneficien de nuestras opiniones, ideas y pensamientos.

¿Conoces más ejemplos y formas de evitar la comunicación tóxica? Te agradezco que lo comentes y mejorar la información para todos.

Adaptación del artículo: “Comunicação tóxica: seis erros que prejudicam o trabalho”.

La buena comunicación entre los equipos de trabajo es indispensable para el éxito de los proyectos que emprenden y no tiene por qué ser sinónimo de perpetuo consenso y equilibrio continuo. El miedo a expresarse coarta la creatividad y no ofrece el contrapunto necesario y enfrentar a las ideas que necesariamente deben ser discutidas.

La habilidad para argumentar, contra argumentar o probar con datos cualquier decisión y/o conclusión puede ser la clave para que un proyecto llegue a buen puerto.

Rebatir, argumentar, probar y expresar las ideas son habilidades que deben ser desarrolladas para extraer el talento en los equipos. Nada aporta quien solo asiente o está de acuerdo con la mayoría permanentemente o aquel que siempre desea llevar «sus ideas» a buen puerto utilizando el equipo.

En este video, Margaret Heffernan en una de sus charlas TED nos lo ilustra con un ejemplo fantástico sobre la Doctora Alice Stewart . Especial para su época por ser una mujer, estamos hablando de Oxford en los años 50, y la más joven elegida por el Royal College of Physicians.

Dedicó toda su vida a su profesión y a la investigación. Fue responsable de uno de los mayores descubrimientos sobre la prevención del cáncer infantil.  

«La mayoría de las personas instintivamente evitan el conflicto, pero como nos muestra Margaret Heffernan, un buen desacuerdo es fundamental para el progreso.

Ella ilustra cómo (a veces contraintuitivamente) los mejores socios no son eco uno del otro y como los equipos excelentes de investigación, relaciones y negocios, permiten que las personas tengan profundos desacuerdos.»

Cuando nos atrevemos a romper el silencio cuando nos atrevemos a ver y creamos el conflicto, nos habilitamos a nosotros y a quienes nos rodean para nuestra mejor pensamiento.

La información abierta es fantástica, las redes abiertas son esenciales, pero la verdad no nos liberará hasta que no desarrollemos las habilidades, el hábito, el talento y el coraje moral para utilizarla.